
He leído a un Reverte más joven; en esta obra he tenido más cerca La tabla de Flandes o El club Dumas, que con las obras anteriores del autor cartagenero. Creo que todo viene de una nota de frescor en el tema tratado, extremadamente actual pero desconocido, más que en la trama misma de la novela. Por supuesto, no hay cambios en la narrativa. Si te gusta su estilo, bien, si no, es lo que hay. A estas alturas del partido, Pérez-Reverte es un autor consagrado que no tiene nada que demostrar. Sin embargo, si su carrera empezase con esta obra no apostaría por una vida literaria extensa.
En resumen, El francotirador paciente me ha gustado más que sus últimas tres novelas, gracias a su saber hacer como escritor y a una temática novedosa y fresca. Sin embargo, hay demasiado Reverte en esta novela como para que los que le seguimos desde hace tiempo no reconozcamos sus personajes y su forma de contar las historias. En mi opinión, Pérez-Reverte ha podido hacer el canto del cisne con esta última novela porque -grafitis aparte- a esta historia le falta chispa y le sobra cansancio.
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