jueves, 16 de febrero de 2017

La guerra de las dos rosas, Conn Iggulden

La Guerra de los cien años llega a su fin cuando Inglaterra corona a un rey débil y poco belicoso como Enrique VI. Instigado según esta novela por su jefe de espías, el rey cambia gran parte de sus posesiones en Francia por un matrimonio de conveniencia. Los ingleses de tierras francesas se rebelan porque pierden las tierras por las que habían luchado y los galos deciden aprovechar la debilidad inglesa para quedarse con todo.

la-guerra-de-las-dos-rosasLa rebelión llega a Londres y el rey huye, pero no así su reina, que se queda allí para vivir una noche de disturbios y asesinatos que culmina con un perdón real a los insurrectos por parte de la reina a cambio de la paz.

Supuestamente, es una novela histórica sobre el final de una guerra que termina de forma nefasta para los ingleses. La editorial nos vende que La guerra de las dos rosas es una novela sobre el jefe del espionaje británico y la valentía de la joven reina francesa, que toma las decisiones que no toma su marido.

Sin embargo, Iggulden crea un personaje al que odia por lo que provocó en la historia británica y no juzga al rey que no mereció serlo. Asimismo, se le otorga a la reina un papel que no tiene, pues su decisiones no pasan de forzar su embarazo, intentar quitarle trabajo al jefe de los espías y traicionar al jefe de los insurrectos que atacan Londres.

La novela es entretenida, pero el autor no termina de de reflejar lo que busca con ella y quien hizo la reseña para la editorial no se la leyó. La obra gira en torno a un personaje que no existió y que tampoco tiene finalmente tanto peso como se nos promete. Desde un punto de vista histórico no termina de encajar y las acciones de algunos personajes no se justifican.