domingo, 17 de julio de 2016

El enigma de Platón, de Simone Regazzoni

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Me esperaba un poco más de novela histórica en El enigma de Platón puesto que se trata de un thriller basado en las doctrinas del filósofo griego. Sin embargo, las citas a la historia son escasas, algunas referencias a obras clásicas poco conocidas y nada de acción fuera de la época moderna.

Por eso, la obra no me ha llegado demasiado. He tenido dos problemas con ella: he visto demasiada ciencia ficción en alguna de las situaciones que narra el autor (no me gustan los protagonistas que son casi super héroes) y no me ha gustado nunca la filosofía. Que siguiendo la obra de Platón acabemos en una novela de fantasía no termino de verlo.

También me aburre un poco que se recurra tanto a los nazis y al Cuarto Reich para justificar a unos malos malísimos y que siempre sean los estadounidenses los más listos, los más guapos y los que salvan al mundo.

Sin embargo, si te gustan los thriller con notas de ciencia ficción, con nazis malísimos, yanquis buenísimos, y eres estudioso de la filosofía platónica, descubrirás una gran novela.

Por lo demás, la documentación previa de Simone Regazzoni parece buena y su narración es ágil y entretenida, aunque notarás ciertos clichés además de los que ya he citado y te sentirás como en una de tantas películas pretenciosas de Hollywood.

martes, 5 de julio de 2016

La legión perdida, de Santiago Posteguillo

La obra que cierra la trilogía de Santiago Posteguillo sobre el césar hispano puede ser la más redonda de las tres, pero merece la pena empezar la casa por los cimientos y la trilogía, por el primer tomo. Es verdad que La legión perdida es tan buen libro que puedes leerlo sin haber disfrutado de los dos anteriores, pero no te lo recomiendo porque te perderías dos buenas novelas históricas.

El gran logro del autor es fundir la historia real con la novelada, tanto en lo que respecta a las andanzas de Trajano por los reinos de Asia, como en lo que hace referencia a la historia creada en torno a las aventuras de la embajada a China. De hecho, esta segunda narración podría ser una obra en sí misma. Es difícil saber cuándo lees hechos y cuando novela, gracias a la excelente narrativa del autor.

Contribuye mucho también al disfrute de la novela su cuidada edición, en la que no faltan -como en los casos anteriores- los mapas, vestimentas y aperos militares, así como la nota sobre las lenguas más populares en la larga ruta de la seda, que iba desde China a Roma.

Indudablemente, el trabajo previo de Posteguillo ha sido arduo y constante, incluyendo viajes a Turquía y la ayuda de expertos en Sánscrito y chino antiguo. Y se deja notar en el peso de la obra, no tanto real, como literario y en el tiempo de espera que hemos sufrido los lectores que veníamos ya de Circo Máximo.

Lo peor de La legión perdida es que supone el final de una trilogía magnífica que merece tener un hueco en tu biblioteca histórica; en especial, si te gustan las historias de romanos. Te la recomiendo de corazón. Léela y me cuentas.