lunes, 22 de febrero de 2016

El gabinete del alquimista muerto, de Carlos Poveda

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Encontré esta novela negra entre las novedades de una biblioteca pública municipal y me decidí a llevármela a casa porque me atrajo el resumen de la contraportada. Me gustaba la idea de que estuviera ambientada en el París de primeros del siglo XX y tratara de algo un poco incongruente como era la alquimia. Digo incongruente porque en esa ciudad y en esa época, parecía que esas sombras arcanas y que esos temas oscuros eran parte de otra edad y otros lugares.

La historia es entretenida y está muy bien contada, de la mano de unos personajes bien construidos y creíbles y una ambientación más que aceptable de una ciudad de barrios muy marcados, junto con una buena exposición de los contrastes entre París y el resto de Francia cuando los personajes viajan a provincias.

La narración es amena, con los detalles necesarios en las descripciones de personas y lugares, y la acción necesaria para que los personajes no se vuelvan super héroes con super poderes. La investigación marcha al ritmo correcto para no perder interés y va desvelando los hechos en las dosis necesarias.

El gabinete del alquimista muerto es una novela negra del tipo Ágatha Christie, pero sin un Hércules Poirot que se presente como el analista perfecto. Es, más bien, una investigación coral entre profesionales y aficionados, en el marco de los misterios de la antigua alquimia y sus vínculos con los masones. Para mí, merece la pena dedicarle unas horas a la novela.