jueves, 14 de marzo de 2019

Sirenas, de Joseph Knox


sirenas
Sirenas es un paseo por los más bajos mundos de la ciudad de Manchester, aunque podrían ser los de cualquier ciudad occidental de hoy en día. Se trata de una novela negra que destila alcohol y mucha droga. A veces da la sensación de que si sacudes el libro caería heroína en polvo o alguna anfeta. Porque la coca ya no mola y los jóvenes se han vuelto a la heroína; o eso parece.

La novela es electrizante a pesar del tiempo que el protagonista, el policía caído en desgracia Aidan Waits, pasa colocado o borracho, y su ritmo narrativo es alto, pese a que a veces la acción transcurre entre resaca y resaca. La violencia parece proceder de la noche y la ciudad más que de las personas, y el sexo no es una tabla de salvación entre tantas olas oscuras, pues también es sórdido y de pago.

Sirenas es una gran novela negra, con todos los ingredientes del género. Cuesta soltarla con tanto personaje que roza lo razonable, como el amigo drag o los malotes del barrio prohibido, recién sacados ambos de una versión gore de La jaula de las locas o de Mad Max.

Me parece una novela que justifica sus críticas positivas y que merece la pena dedicarle unos días. Sin embargo, da un poco de miedo saber que clase de ratas corren por las calles de las ciudades mientras otros dormimos.

lunes, 4 de marzo de 2019

El aguador de Sevilla, de Francisco Robles

Esta obra es un relato histórico sobre algunos eventos de la vida del pintor sevillano Diego Velázquez mezclada con una novela de actualidad con el mundo de los críticos de arte, los expertos, restauradores, etc. De la primera quizás lo más notorio es el hecho de que el pintor se valió de su arte para medrar en palacio y ocultar su pasado poco limpio de sangre. De la segunda, que el término experto en arte es muy relativo y que resulta muy fácil engañar a quienes -supuestamente- se mueven en ese mundo de las subastas y los museos.

El aguador de Sevilla es un homenaje a Velázquez y a la ciudad de Sevilla, por la que transcurre la acción durante gran parte de las dos partes de la obra, sobre todo a su arte barroco y a su Semana Santa, con todo lo que conlleva. Con la vida del pintor y alguna de sus obras como hilo conductor, Robles crea una novela crítica sobre el mundo del arte y las dudas sobre las imitaciones.

La obra es entretenida y está bien escrita, pero no aporta demasiado a lo que ya se conoce de la vida de Velázquez o del mundo de arte actual. La parte que narra la vida del pintor no desvela nada nuevo y la que transcurre en la actualidad, tampoco. El final es más estimulante, pero resulta poco creíble. Todavía no entiendo lo de que Velázquez fuera un falsificador, si es que se refiere al hecho de que utilizara personas 'normales' como su criado para poner rostro a los personajes que pintaba...