En las leyendas se la conoce como Juana de Arintero, y aparentemente procedía de un pueblo del norte de León: Arintero, del municipio de Valdelugueros. Y se la recuerda como una heroína. En parte es heroína por sus gestas militares, en parte, por el mérito de no ser descubierta, pues era un delito muy grave en la época luchar como un hombre.
Puede ser una propuesta un tanto feminista por cuanto que el personaje de Juana se ofrece a guardar el honor de la familia cuando el conde recibe la llamada de su señor y ni puede ya acudir él, ni tiene hijos que mandar (tiene siete hijas según la leyenda).
Además, es una mujer sensible que tiene problemas para cazar y matar. Pese a ello supera unas pruebas, convence a su padre, acude a la guerra bajo nombre falso y lucha y se destaca sin ser descubierta...
Hasta que se convierte en el héroe Oliveros. Es entonces cuando se descubre su mentira y vive las consecuencias de saltarse la Ley.
La novela idealiza un poco un personaje femenino y altruista que es capaz de luchar como un hombre, vivir entre hombres, destacar entre soldados y pasar desapercibida en campamentos militares. Sin dudar de que pueda estar cerca la realidad, a mí me ha costado aceptar esta versión novelada.
La doncella guerrera es fácil de leer, es entretenida y está bien documentada. Sin embargo, me ha resultado un poco artificial porque no termina de convencerme la vida que se le ha creado al personaje. Léela y me cuentas.
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