Las horas oscuras, de Juan Francisco Ferrándiz

Afronté la lectura de "Las horas oscuras" gracias a la deferencia de su editorial al dejarme un ejemplar en pruebas. Pensaba que era una novela histórica de esas que tanto me gustan, basada en una época histórica clave, como fueron esos últimos años previos al fin del primer milenio, cuando el arte románico recibió el impulso de los nobles y la religión cristiana se fue afianzando entre los europeos. Pero recibí algo más. "Las horas oscuras" me regaló un punto de misterio que no esperaba junto a la aventura que suponía la reconstrucción de un monasterio en Irlanda destruido por un ataque vikingo. Indudablemente, aunque sin querer por ello compararlas, mi memoria encontró referencias a "La catedral del mar", "El nombre de la rosa" y "Los pilares de la tierra".

La narración está muy bien hilvanada, con una buena recreación histórica de la Edad Media y la sociedad irlandesa donde no terminan de desaparecer los miedos a la vieja religión basada en el "conocimiento del roble". A partir de una buena base, Ferrándiz cocina una gran historia de aventuras, amor, traición, pasión por los libros y misterio gótico, con un magnífico personaje, el 'strigoi' como representante de lo más oscuro del saber que guardan los libros, la 'scholomancia', frente a un tesoro que representa la luz del saber, el "Códice de San Columcille", y otros personajes secundarios, como el obispo Morann, el abad O'Brian, el rey Cormac, los monjes de la abadía, los viejos druidas, la belleza irlandesa de Dana o el poder oculto de Bright.

También es capaz de generar las atmosferas necesarias que recrean un viejo y sabio bosque irlandés (algo así como el bosque de los ents de "El señor de los anillos"), la húmeda y fría abadía en obras (con sus pasadizos ocultos y sus salas escondidas), el despiadado castillo del reyezuelo local o el mágico e imponente túmulo que comparten las dos religiones. 

"Aunque venís de muy lejos, sabréis reconocer la magia de este lugar: algo de sangre irlandesa se adivina en vuestra pálida tez y en el verde de esos ojos que observan con interés cada detalle del paisaje, cada hálito de vida en la fértil naturaleza... Tal vez por eso, extranjero, vuestra llegada sólo es un regreso, como dirían los druidas".

En resumen, "Las horas oscuras" es un gran libro que llega, pero al que habrá que regresar. Muy recomendable.