
Como es habitual en el autor estadounidense, el ritmo narrativo es muy alto y se centra en la investigación sin caer en los recovecos legales que nos harían cerrar el libro o desestimar su lectura a muchos que no nos sentimos atraídos por las cuestiones legales.
Personalmente, me he sentido atraído también por la zona en la que se desarrolla la novela, pues el estado de Florida no me es ajeno y me resultaba más fácil ubicar los hechos. Sin embargo, la lectura es más entretenida si se conocen un poco los recovecos legales y las ventajas de que disfrutan los indios en EE.UU. así como un mínimo del funcionamiento de las leyes allí.
Los personajes son muy creíbles porque no son policías ni pretenden serlo y resultan muy convincentes. Lo mismo ocurre con la historia en sí, muy bien explicada y fundamentada, por lo que resulta una novela muy entretenida y aconsejable.
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