jueves, 14 de marzo de 2019

Sirenas, de Joseph Knox


sirenas
Sirenas es un paseo por los más bajos mundos de la ciudad de Manchester, aunque podrían ser los de cualquier ciudad occidental de hoy en día. Se trata de una novela negra que destila alcohol y mucha droga. A veces da la sensación de que si sacudes el libro caería heroína en polvo o alguna anfeta. Porque la coca ya no mola y los jóvenes se han vuelto a la heroína; o eso parece.

La novela es electrizante a pesar del tiempo que el protagonista, el policía caído en desgracia Aidan Waits, pasa colocado o borracho, y su ritmo narrativo es alto, pese a que a veces la acción transcurre entre resaca y resaca. La violencia parece proceder de la noche y la ciudad más que de las personas, y el sexo no es una tabla de salvación entre tantas olas oscuras, pues también es sórdido y de pago.

Sirenas es una gran novela negra, con todos los ingredientes del género. Cuesta soltarla con tanto personaje que roza lo razonable, como el amigo drag o los malotes del barrio prohibido, recién sacados ambos de una versión gore de La jaula de las locas o de Mad Max.

Me parece una novela que justifica sus críticas positivas y que merece la pena dedicarle unos días. Sin embargo, da un poco de miedo saber que clase de ratas corren por las calles de las ciudades mientras otros dormimos.

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