El sol bajo la seda, de Éric Marchal

A veces, las novelas históricas sirven para rescatar no tanto momentos puntuales de años ha o épocas pasadas, como la historia de ciertas profesiones. Este es el caso de El sol bajo la seda, una interesante y entretenida historia sobre la medicina de finales del siglo XVII. A través del amor que siente Éric Marchal por la historia de su profesión, es farmacéutico, se recrea la historia de un cirujano ambulante y, con él de la mano, la del ducado de Lorena, en la frontera germano-francesa.

Sin embargo, los profanos en el mundo de la cirujía o la medicina antigua no sufrimos con la novela, pues la capacidad narrativa de Marchal permite que los lectores entendamos y disfrutemos de la obra sin ser expertos en la materia. Tanto es así, que El sol bajo la seda es muy recomendable para aficionados a la historia de la medicina y la farmacia, pues está bien explicada y, a mi entender, muy bien documentada.

El sol bajo la seda también tiene momentos de disfrute para los aficionados a las batallas y las guerras y, cómo no, para las historias de amor. En realidad, y sin ánimo de contar más de la cuenta, la novela narra dos intensos romances del cirujano Nicolas Déruet.

En resumen, se trata de una buena novela histórica, con un argumento bien construido sobre un personaje, su profesión, su época y los lugares en los que transcurre la acción, sazonados por esas historias de amor y unos personajes masculinos muy bien desarrollados y, en varios casos, entrañables, como el erizo blanco.