Pero eso no es todo, pues aficionado como soy a la montaña, me he encontrado muchas referencias a mi querida sierra de Guadarrama, y al precioso valle de Tena en Huesca, con sus ibones, picos, caminos y pueblos que tantas veces he visitado.
Ya digo, me he sentido muy cómodo en esta obra de espías y perros, montañas y madriles, muy bien documentada y escrita sobre una época triste de nuestro pasado, pero llena de historias por contar. Pacto de lealtad cuenta una de estas historias sobre la profesión de veterinario y todo lo que conlleva; toca tantos palos (mujer y universidad, por ejemplo) que es difícil que ninguno te interese.
Piensa en ella como una novela de espías en la guerra civil española, o sobre el estudio de las razas de perro europeas (la mítica bullenbeiser que buscaban los nazis, por ejemplo), las desigualdades sociales entre el hombre y la mujer, o, simplemente, sobre las andanzas de un chucho africano y de cómo cumple su Pacto de lealtad.
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