En La cortesana de León, Francisco Sempere novela esta interesante época de nuestra Historia a través de una meretriz. El autor simplifica un poco la política para que quepa en la obra y la cortesana pueda tener un mayor papel del que podría haber tenido. Sin embargo, es una manera muy ingeniosa de acercarse a esa época y novelar lo que pudo ocurrir.
La joven leonesa es una mujer de armas tomar, un poco como la propia reina o más, pero encaja bien en la novela y, por lo tanto, en la historia que se cuenta en ella. Las dos Urracas quedan un poco más en segundo plano y emerge un personaje muy medieval, dedicado a los asuntos turbios de aquel entonces que se convierte en el alter ego de la cortesana.
No hace mucho, leímos una obra ambientada en la misma época, pero en la que una criada era el personaje principal en el que se apoyaba la reina Urraca. Era en La Temeraria, de Isabel San Sebastián. Son dos aproximaciones similares a la misma época, pero con un trato distinto. Quizás La cortesana de León sea menos histórica que La temeraria, pero quizás también por ello, más ligera. Elije tu, la época en la que transcurren ambas merece una revisión novelada y las dos obras te la ofrecen con rigor y buena letra.
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