miércoles, 25 de enero de 2023

Revolución, de Arturo Pérez-Reverte

Revolución es una novela ambientada en el México revolucionario de Zapata y Villa con un personaje español como eje de la acción. 

Martín Garret es un testigo presencial de la revolución en el Norte de México que se deja llevar por la marea y termina teniendo un papel relevante en una guerra que no le pertenece. Ni es un revolucionario local, como Chingatumadre o Genovevo Garza, ni un mercenario ajeno a todo como Tom Logan. Ni siquiera es el periodista cínico que quiere estar en primera fila, pero no mancharse de sangre, como la estadounidense Diana Palmer. 

Garret es Revolución en el sentido en que representa el papel del extranjero ajeno a la misma y que -por circunstancias del azar y por un deseo inexplicable e incontrolable- toma parte en la guerra. Es alguien que prueba una droga llamada revolución y va haciéndose adicto a la misma. Da la impresión de ser un periodista de guerra que, una vez en faena, decide participar y no ser solo testigo directo de lo que pasa. Pero es verdad que Martín Garret nunca ejerce la violencia que exige una revolución.

Garret es un revolucionario. Su personalidad cambia y se endurece combatiendo, pero nunca llega a los extremos. O, si lo hace, si realmente ejerce la violencia de sus compañeros villistas, no nos lo cuentan. Amor, lealtad, muerte y vida, sí, pero Garret es como ese cazador con mira telescópica que no remata a sus presas con el cuchillo, que no se mancha de sangre. Vive una revolución de muertos que matan otros o que él no sabe si ha matado porque nunca tiene que hacerlo a distancia corta.

Más allá de esta reflexión, Revolución es una buena manera de entender algunos aspectos de la cultura de México y de revisar la Historia del país. Y como novela es una clásica narración de aventuras y guerra, muy entretenida, bien escrita y que merece la pena leer si ese tipo de lecturas te atraen. Sin embargo, yo no creo que sea la mejor novela de Pérez-Reverte.

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