La novela desarrolla las relaciones de las dos parejas que forman el cuarteto: los dos amigos de juventud, las novias de ambos, y por último, las relaciones entre ellos y ellas, con insinuaciones de posibles cruces. También, las vidas de todos ellos individualmente con sus miedos y sus manías. De todo ello, quizás lo más interesante es la situación que describe Bragi de la sociedad islandesa y de cómo generó y trata de sobrevivir a la crisis económica; de sus problemas generalizados con el alcohol y las drogas y el auge y caída de ciertos personajes políticos ligados a la burbuja financiera.
La obra describe un paisaje desértico en el centro de la isla en el que no hay nada y en el que acaban metidos los cuatro amigos por mor de un accidente de tráfico. La casa en la que se ven obligados a acogerse, los intentos por salir de allí y las tensiones no resueltas entre ellos van tejiendo la novela, aderezadas por una pareja, la de ancianos que residen en la casa, un tanto peculiar y que ayuda a crear un ambiente raro y misterioso.
El silencio de las tierras altas no me ha terminado de llegar en ningún momento, quizás por la narración, quizás por los personajes o las situaciones, o quizás por el decepcionante final. Gracias a esta novela he conocido cosas de una sociedad decadente y fría, y de un país que tiene un desierto donde normalmente sólo hay nieve, pero poco más. Si lo dejas en la estantería tampoco te perderás gran cosa.
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