
En Sidi conocemos a un Cid más humano, con sus miserias, y entendemos cómo se gana con trabajo, sudor y sangre su fama en un mundo que no es de nadie y en el que sólo la necesidad empuja a las personas a vivir, como era la frontera o fronteras, pues no había una sola entre cristianos y musulmanes, sino entre todos los distintos reinos.
Aparte de la lección histórica, Reverte saca partido de un tipo de personaje que le encanta (Sidi, Falcó, Alatriste...) y de una situación en la que se mueve como pez en el agua, como es la guerra (El Húsar, Cabo Trafalgar, El Asedio...). Sidi se te va a hacer corta, ya lo verás. Es una gran novela.
Sin embargo, quiero ponerle un 'pero' a la novela. Todos los que hemos visto la Tizona nos hemos extrañado de lo mismo, de su tamaño. Así, echo en falta una referencia a las medidas reales de aquellos bravos guerreros. No tanto por quitarles mérito como por ayudar a entender que los caballos de batalla, aunque grandes, tampoco eran elefantes, pues los guerreros de entonces hoy serían soldados... pequeños.