Es verdad que el libro hunde sus raíces en un tema de mucha actualidad (el buenismo woke) pero a mí, lo que me ha atraído de mi colección completa de Astérix es su intemporalidad. Puedo volver a leerme las veces que quiera un Astérix el galo, por ejemplo, y disfrutar de mis viejos amigos.
En ese sentido, me temo que El lirio blanco sea sólo un ejemplar en más en una colección que quiero tener completa y no un título que lea y lea dentro de unos años.
Ha cambiado el guionista y ha cambiado a peor. El lirio blanco es otro borrón que invita a pensar que quizás la colección debería llegar a su fin ya porque nadie se va a enganchar a las aventuras de los irreductibles con historias tan flojas y predecibles.